Los colonos de Silverado o cómo acompañar a Louis y Pani (antes de ser Pani) en la luna de miel más extraña que haya visto en mi vida (ahora se me queda corta la rareza de cierta declaración de amor, querido Louis), en la que los protagonistas no solo se alojan en una mina de plata (abandonada) sino que tienen por vecinos a (entre otros) los Hanson, un perro miedoso, una mosca negra, una termita atareada, cuatro grillos y un montón de serpientes cascabel. Eso sí, la belleza del paisaje lo compensa casi todo. Cómo os quiero. |