Ay, mi Louis, nuestro querido Louis, has vuelto a hacerlo una vez más, como siempre, como nunca antes. Contigo he compartido un viaje por los mares del Sur como nunca me había imaginado. Sabía que me gustaría acompañaros a ambos (a ti y a Pani), pero no esperaba que me gustase tanto, ni acabar sintiéndome parte de la pamilia. Me alegra saber que no hiciste caso a quienes decían que éste era un libro serio (un hijo de la reina Victoria ha de hacer su santa voluntad); esta mezcla de mitología, historia, antropología y diario ha sido un viaje intenso y maravilloso. |