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Anne Lister (1791 - 1840) fue una terrateniente, gran cronista y viajera incansable de Yorkshire. Inteligente, culta y curiosa, supo administrar los recursos y negocios familiares hasta convertirse en la heredera de Shibden Hall, la casa familiar, y sus terrenos, con lo que pudo viajar por toda Europa: Francia, Italia, Alemania, Escandinavia, Dinamarca, Rusia y por supuesto, el Caúcaso, los Alpes y los Pirineos. Conocida como “la primera lesbiana moderna”, Anne fue mucho más que eso. Casi la totalidad de su vida ha llegado a nuestros días gracias a sus diarios: cuatro millones de palabras se conservan de su puño y letra -por desgracia muchas aún sin traducir-. Comenzó en 1806 en hojas sueltas en las que relataba su correspondencia, y su pulsión por la escritura, por dejar por escrito su día a día, impresiones (sobre el clima, la moda), negocios y tácticas de seducción y todas las mujeres con las que se acostó, la hizo completar 26 volúmenes. Su letra, muy difícil de entender, junto con la peculiaridad de que gran parte de sus escritos están “cifrados” en un código que ella misma inventó -con caracteres griegos, zodiaco, puntuación y símbolos matemáticos- han complicado mucho las labores de traducción desde que se descubrieran en una habitación secreta de su propia residencia. Anne se obsesionó por registrar todos los detalles de su vida: “Repasar y rellenar mi diario siempre me produce un enorme placer mental. Parece que vivo mi vida de nuevo”, lo que da parte del carácter un tanto “egocéntrico” de la propia Anne. En 2019, HBO estrenó una serie sobre la vida de Anne Lister que me pareció de lo más curiosa y llamativa. ¿De verdad existió una mujer que vivió su sexualidad de una forma tan abierta en el siglo XIX? Sí, por supuesto. Una mujer que se creó a sí misma en sus diarios y los convirtió en la novela de su vida. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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