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Eva recibe una invitación para recordar al hermano de Pim que murió con solo catorce años. El acontecimiento se va a celebrar en Bovenmeer, pero hace trece años que no vive allí, pues se fue en cuanto pudo a Bruselas para tratar de escapar del acontecimiento que ocurrió el verano del 2002. Pero Eva siente que es el momento de regresar, es su momento. Viajará en su coche junto a un bloque de hielo, y tratará de captar la atención que siempre se la negó. Les demostrará que todo ese dolor que no la dejaron gritar, aún sigue vivo. La narración alternará presente y pasado, mientras vemos cómo las horas pasan y se acerca el momento de reencuentro entre Eva y los demás en su antiguo pueblo, a través de una narración en primera persona también nos trasladará a su infancia. Una etapa marcada por una familia desestructurada en la que ella parecía tener mayores responsabilidades que el resto. Nos transmitirá mucha ternura, pues sentimos el miedo que tiene a su padre, la impotencia por no poder ayudar a su madre cuando está borracha o los intentos de mitigar los ritos obsesivos de su hermana pequeña. Estará rodeada de un ambiente dañino por el que ningún niño tendría que pasar. Y destacará su madurez y responsabilidad cuando no es a ella a quien corresponde. "Cuanto más patrullaba por esta casa de niña, más en casa me sentía en la de los otros. Aunque en la carnicería de Laurens había cuchillos afilados, cuencos llenos de tripas y carcasas colgadas de ganchos, yo nunca tenía que estar alerta. Incluso si hubiese pasado algo grave allí, no habría sido culpa mía puesto que no me correspondía a mí evitarlo" En 1988 solo nacieron tres niños en Bovenmeer: Pim, Laurens y Eva, por lo que el destino quiso unirlos desde que nacieron. Su unión obligada en los pupitres de la escuela acabó también con una amistad forzada, pues no había más niños de su edad. En esa amistad Eva trató de encontrar la aceptación que no tenía en casa, y en ciertos momentos ella claudicaba más de lo que debía. Se nota que hay cosas que no quería hacer, pero las hace por miedo a perder su único apoyo. A medida que crecen se evidencia que, especialmente los chicos, se sienten atraídos por su sexualidad, por el descubrimiento de lo que hasta ese momento parecía dormido. Y experimentan, pero los juegos que empezaron como una chiquillada a principios de verano terminan con un final amargo. Un final que no será igual para todos, pues la que más perderá será Eva. Perderá su inocencia, a sus amigos y el desarrollo de una vida normal dentro de su propio caos familiar. Por ese motivo decide regresar tras tantos años, porque sabe que es su mejor oportunidad para hacer saber a todo el mundo que algo cambió aquel verano. Ahora sí que está en su mano el final de la historia. "El deshielo" es una novela dura, amarga, dolorosa y despiadada en algunos momentos, por eso no creo que sea para todo el mundo. (Es el motivo de que no llegue a las cuatro estrellas) Y después de leerla entiendo sus buenas críticas y que se refieran a ella como una "novela que arriesga, que quema". La forma de escribir de Lize Spit es increible, te atrapa y te conduce hacia un final que ya intuyes pero que no quieres ver. Tiene un desarrollo y una forma de narrar determinadas cosas que impacta, sin florituras ni artificios, que no creo que busquen conmover sino dar visión a un tipo de acontecimientos que normalmente se ocultarían. Rompe con el pudor y da voz a una situación que probablemente sea más habitual de lo que nos gustaría. Lo que más me duele pensar es que la autora parte de su propia experiencia, pues deja entrever que hay partes autobiográficas mezcladas con ficción. Yo solo espero que la vida le haya tratado mejor que a nuestra protagonista. "El deshielo" es una primera novela en la que se intuye la gran carrera que va a tener su autora. No sería una novela que recomendaría a todo el mundo, pero si os llama la atención ¡probad! Seguro que no os va a dejar indiferentes. Enlace: https://bajolapieldeunlector.. |
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