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A lo largo de todo el libro he tenido sentimientos contradictorios; quería terminar el libro para saber que ocurría con ambos personajes principales, pero al mimos tiempo quería alargarlo por miedo al final. Debo aclarar que Sonia es una autora que te sorprende con cada giro de página. Seguramente el personaje está feliz y al segundo después, te sorprende con que le ha pasado algo y te pone en la situación más dolorosa posible. Y no se detiene a la hora de dar detalles. Personalmente, para mi estos giros de acontecimiento son los que me han mantenido tan enganchada a la novela. Sonia a encontrado todos los elementos primordiales para hacerme odiar personajes, amarlos, tener piedad por ellos, llorar por ellos y sin duda, sentir como ellos. Vuelvo a aclarar que no he sentido esto desde Los Juegos del Hambre, y para mí, es algo muy bueno. He leído numerosas novelas parecidas en temáticas, en situaciones y en relación con los personajes, pero es que ninguna me ha llevado a este extremo. Por eso mismo, me alegro tanto de haber podido leer su libro. En el libro, además de encontrar un narrador en tercera persona muy bien narrado y muy bien informado de todo, ya que no se deja ningún cabo suelto, nos encontramos que está ambientada en Japón. La autora deja muy claro que no es en cualquier etapa de Japón, lo que tiene aun más mérito. En cuanto a los personajes nos encontramos con diversas personalidades, como; Ania, que es una adolescente cuando todo ocurre a su alrededor, y eso hace que madure más rápido de lo esperado. Es un personaje débil al principio, curioso y en ocasiones arrogante. Me gusta mucho este personaje, ya que vemos su evolución personal en todo momento, y eso hace que la novela sea más fluida y que madure; Jarreth, que ya es un adulto en la novela, es un personaje orgulloso, testarudo, persuasivo y también arrogante cuando se lo propone. En él también vemos un cambio a lo largo de la historia, y es algo que también me sorprende de la autora, ya que parece una cosa y luego es otra (no puedo dar más pistas, sino no tiene gracia); luego están otros personajes como Rina o Hayao, que a pesar de tener unas personalidades diversas, son esclavos de sus propios miedos y sus recuerdos, lo que los hacen parecidos. El eje principal de la novela es la aventura que vive Ania en la posada Shima, en donde ella madura y descubre secretos que nunca se le habían sido revelados. La autora deja de lado el cliché de darle importancia a la situación amorosa para dárselo a la acción: este es otro punto que tiene de bueno la novela, ya que no se ha convertido en un cliché. Una de las cosas que más me ha gustado de esta novela ha sido el homenaje que le ha echo Sonia al Studio Ghibli con esta novela. Se parece tanto a El viaje de Chihiro que me he enamorado: Chihiro es Ania, Ryu es Jarreth, aun que este personaje en sí se parece más a Howl de El castillo ambulante, sobre todo por la arrogancia y por el magnetismo que desprende. Aun así, no es igual. Las dos historias son preciosas por separado y Sonia se ha encargado de que su historia mantenga lo trágico de El viaje de Chihiro, y la vivacidad que ella misma le aporta con sus letras. Para terminar, y como algo secundario, debo decir que esta novela me ha inspirado. Llevo un tiempo estancada con una novela que estoy elaborando y gracias a Sonia, la he retomado de nuevo. Y así, con este final, os recomiendo esta novela por la evolución de los personajes que no hace la novela fija, por las situaciones que describe la autora y te harán estremecer, por el mundo mágico en que te sumerge ella, y por estar inspirado en la cultura japonesa y en el Studio Ghibli. ¡Esta novela no os defraudará! Enlace: https://lacolecciondelasletr.. |
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