Lo he devorado en una tarde, y es que el libro es completamente adictivo. Con una ambientación que te transporta completamente a la Malasia Colonial de principios del siglo XX, nos encontramos ante un relato lleno de misterios e intrigas en el que la resolución de un asesinato parecía estar completamente clara hasta que llega una carta que lo complica todo. Tiene un lenguaje conciso y directo, sin florituras y yendo a lo importante (lo cual me parece un acierto total). En unas pocas páginas cabe presente y pasado, y un perfil de los protagonistas bastante profundo teniendo en cuenta lo breve y conciso del relato. Es un libro ideal para sacarte de un parón lector o para echar la tarde en una época en la que no se tenga mucho tiempo. Y la edición de la colección de "pequeños placeres" me ha parecido un acierto, porque realmente es un pequeño placer. |