Sin duda este es uno de los 'Pequeños placeres' más adictivos, lo empecé y no pude soltarlo hasta que lo terminé. del tirón. Y es que esta historia que transcurre en la Malasia colonial es de las que enganchan, con su ambientación tan evocadora que te transporta hasta las calles de Singapur, y con un misterio que aparece de repente, dando un giro a la trama, que hace que no puedas parar hasta verlo resuelto. Nos encontramos ante un juicio en el que aparentemente todo está bastante claro, en principio no van a haber sorpresas con la sentencia. Pero un anónimo presenta una inesperada y extraña carta que puede hacer tambalear todo el proceso. ¿Qué es lo que realmente ha pasado? ¿Es cierto todo lo que cuenta la acusada? ¿Saldrá la verdad a la luz o intentarán taparlo todo? No cuento más porque es muy cortito y mejor no saber mucho. Si os gustan este tipo de historias y necesitáis algo que os haga desconectar y entreteneros un rato este libro es perfecto. Directo, con ritmo, impecablemente escrito, con unos personajes muy bien definidos, con luces y sombras, una ambientación espectacular (para mí es uno de los puntos fuertes de este autor) y un final muy bueno. Creo que en apenas 100 páginas no se puede pedir más. |