De conjuros y otras penas

En «De conjuros y otras penas» conocemos a Paciencia, una bruja que vive una vida tranquila y retirada, intentando pasar desapercibida, y que se dedica a proporcionar remedios naturales a los habitantes del pueblo. Sin embargo, un día la ayuda que le solicitan resulta ser mucho más compleja de lo normal y la montaña de secretos que ha ido acumulando con el paso de los años amenaza con venirse abajo y enterrar su preciada tranquilidad.

Bajo esta premisa se desarrolla una historia que no destaca por su originalidad ni complejidad, sino que brilla por la calidad narrativa de la autora y la profundidad de los personajes aún tratándose de una novelita tan corta, de 160 páginas.
Paciencia es un personaje moralmente gris. de esos con los que empatizas y a la vez te sientes culpable por hacerlo. Sus pensamientos y acciones son en muchas ocasiones egoístas, incorrectas y reprochables; y eso la hace tan real…
Además de la protagonista, el resto de personajes secundarios están también muy bien construidos y tienen una voz propia, con un peso importante en la historia. Cuando acabas el libro sientes que las conoces a todas y que quieres saber más. Menos mal que gracias a Dilatando Mentes tenemos «Masa madre» y pronto nos traerán «The Bitterwood Bible and other recountings» para volver a este mundo y saber más, aunque sea poquito, de algunos de estos personajes.

Por otro lado, la ambientación en este libro es absolutamente maravillosa y otoñal. ¿Veis la preciosa cubierta? Pues así tal cual es como te lo puedes imaginar todo mientras lees.
El tono recuerda muchísimo a un cuento clásico y el tipo de brujería que se ve, también. Poned el cazo a hervir y preparad el mortero, que la lista de ingredientes es bien larga.
Cómo disfruté esto… Ir a la orilla del río con Paciencia a recoger las hierbas mientras te cuenta los cotilleos del pueblo, no tiene precio.

Si os llama la atención por su premisa o si sencillamente os enamora la pedazo de edición de Diermevela, haceos con él, no os vais a arrepentir.