Rojo como la sangre

Lo primero que me llamó la atención de este libro fue el género. He leído varios thriller pero nunca uno juvenil y, menos, nórdico, así que las buenas críticas que obtuvo tras su publicación terminaron de convencerme. Por otro lado, también había leído que no había relación amorosa, ni nada por el estilo, algo que en la literatura juvenil escasea mucho, y esto demuestra que una novela sin esta característica puede ser tan exitosa como otra cualquiera.

¿Que harías si encontraras unos billetes de quinientos euros? ¿Y si estuvieran manchados de sangre? Después de encontrarlos en el cuarto oscuro del instituto, Lumikki no sabe que hacer pero inconscientemente entra en un mundo repleto de peligros, en el que las drogas, las armas y el dinero sucio, son la orden del día.
Al comenzar la lectura, la autora nos sorprende con los dos primeros capítulos puesto que nos narran dos escenas que no entendemos hasta más adelante, cuando sabemos el papel de estos personajes en la trama. A partir del tercer capítulo, aparece en escena Lumikki y es donde empezamos a darle forma a la historia. La protagonista es muy diferente a lo que estamos acostumbrados, una serie de circunstancias de su pasado hacen que piense de una forma concreta y característica, siendo claramente diferente al resto. Puede reconocer a una persona antes de verla por su perfume, al igual que sabe muchas otras cosas interesantes que hacen que te des cuenta de que esta chica es mucho más de lo quiere mostrar a los demás.

No puedo decir que sea una novela que se lea rápido porque, aunque me ha gustado, la historia es más sencilla y predecible de lo que aparentaba en un principio, así que no te atrapa tanto puesto que ya te imaginas lo que puede ocurrir. Aún así, la narración de la autora, y la propia Lumikki, hizo que siga leyendo hasta el final, y aunque acaba cerrado (al menos este caso), todavía nos queda mucho por saber sobre la protagonista, y sobre todo, del "Oso Polar" del que no sabemos casi nada en esta primera entrega.