La Química De La Muerte

La química de la muerte tiene un personaje principal, y casi diría que absoluto, que es David Hunter. Sobre él recae todo el peso de la trama, el resto serán solo personajes secundarios. Después de sufrir la terrible pérdida de su esposa y de su hija pequeña, el dolor le impidió seguir trabajando en una especialidad que día tras día le recordaba su pérdida, por lo que se pasó a la medicina general. David se alejará del ambiente en el que vivía, huyendo del recuerdo, y se traslada a la pequeña villa de Manham, situada en el condado inglés de Norfolk. David necesitaba escapar de un lugar y unas gentes cuya presencia le resultaba demasiado dolorosa como para poder continuar allí. Aunque no va a lograr integrarse del todo entre los habitantes de la villa, comienza a trabajar como ayudante del médico titular del pueblo.

David llevará una vida relativamente apacible durante unos años, hasta que un día unos pequeños descubren, en el bosque, el cadáver mutilado y medio descompuesto de una mujer del pueblo, a quien nadie daba por desaparecida hasta el momento del descubrimiento de sus restos. A pesar de que no se involucra en el caso voluntariamente, la policía terminará por conocer su pasado como antropólogo forense y sus colaboraciones como asesor de otros cuerpos policiales en una serie de casos de asesinato, por lo que le solicita su ayuda. A partir de este momento, David se verá obligado a colaborar en la investigación del crimen, aportando todos los conocimientos que posee sobre esta ciencia. David ha dedicado muchos años al estudio de los muertos. Pocos días después, aparece el cadáver de otra parroquiana y David comienza a sospechar que entre los habitantes del pueblo podría haber un asesino en serie.

La química de la muerte es un thriller trepidante, diría incluso que hasta inquietante, lleno de acción y de giros argumentales inesperados y sorprendentes, que te hacen sospechar de todo el que respira. Desde primera hora recelé de uno de los personajes de esta historia, pero después el autor se las ingenió para conseguir que exonerase a mi sospechoso de toda culpa. Cuál no sería mi sorpresa cuando finalmente resultaría ser el culpable de los asesinatos. Me quedé muerta al percatarme de la forma tan magistral con la que el autor supo manipular mis conjeturas.

Los personajes de este libro están bien perfilados y son muy creíbles, sobre todo el personaje principal. Si bien en el libro se habla casi todo el rato de la descomposición de los cuerpos humanos, el autor lo hace con un lenguaje muy cuidado y sencillo. Nunca llega a resultar desagradable y no nos complica la lectura con términos que nos podrían resultar demasiado científicos. El autor, en ningún momento de la historia, se regodea en el morbo con las descripciones que hace el protagonista sobre sus métodos de investigación.

La mayor parte del libro está narrado en primera persona por su protagonista principal, David Hunter. Él nos irá relatando los acontecimientos y las pistas que lo llevan a resolver los crímenes. Sin embargo hay algunos capítulos que están narrados en tercera persona y en ellos conoceremos la acción y los acontecimientos desde el punto de vista de las víctimas.

Los capítulos no son excesivamente largos y suelen terminar de forma que no puedes abandonar la lectura. Todo esto, además de la inclusión de bastantes diálogos, aporta agilidad a la narración. Simon Beckett es un autor que escribe bien, con fluidez, y sabe cómo mantenerte pegada a su historia. Hace que sus novelas sean fáciles de leer, al no abusar mucho de los detalles.

He de reconocer que el libro me ha encantado porque tiene muchas trazas de una de mis series favoritas: Bones, de la que me he visto todas las temporadas. Esta serie está inspirada en la vida de una antropóloga forense que generalmente interviene en investigaciones policiales de asesinatos cuando los restos de las víctimas están irreconocibles y posee una extraordinaria habilidad para descifrar claves ocultas en los cuerpos de las víctimas. Así pues he decidido continuar con el resto de la saga, por lo que en breve espero poder reseñar más libros de Simon Beckett.
En definitiva, si buscas un thriller trepidante, escalofriante y en ocasiones incluso opresivo, lleno de giros argumentales que logran hacer dudar al lector sobre quien puede ser el asesino, te recomiendo encarecidamente la lectura de este libro.

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