Con todos estos escabrosos detalles, Dan Simmons construye una estupenda, inquietante y crudísima novela histórica de terror, cuajada de estupendos personajes, a ratos quizá algo densa, pero con pasajes que resultan verdaderamente espeluznantes y salpicada aquí y allá con ciertos componentes de la literatura fantástica que este autor siempre ha manejado muy bien y que es el campo en el que siempre ha destacado. Quizá estos tintes sobrenaturales puedan molestar un poco al lector de novela histórica más ortodoxo, pero bajo mi punto de vista no hacen sino añadir una vuelta de tuerca a la ya de por si inquietante y opresiva atmósfera que Simmons ofrece a lo largo de la narración y que la hacen, si cabe, más absorbente todavía. ¿Lo habéis leído?
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