Donde el viento da la vuelta

¡Ostras!, pedazo de historia que nos ha contado aquí Jordi. No es un tema cualquiera, es un tema que duele y que molesta, aunque está claro que a unos más que a otros.
Nos encontramos en la década de los 90, en plena selva guatemalteca, siendo testigos de cómo pueblos enteros son masacrados, mientras sus niños son empleados como soldados por las guerrillas.
Conoceremos a Nino, pero, tal como dice el autor, podría ser cualquiera de los miles de ellos, que son raptados y utilizados para matar o morir, siendo mi mejor compañera de viaje una ametralladora más grande que todo él. Pero Nino es distinto, transporta en secreto un libro. Un libro que le une a otro personaje que, como él, debe buscar la libertad. Él pudo ir un tiempo a la escuela, a diferencia de la mayoría de sus camaradas, y aprendió a leer, despacito pero sin pausa. Ese libro le ayuda a mantenerse de pie en los momentos complicados, que son muchos.
También se nos van a presentar Zacarías, Guada, Sebastián y Neli, sus compañeros de armas, además de una periodista, que hace un documental sobre ellos, con un corazón tan grande como sus escritos y que ha sido un soplo de viento fresco entre tanta desolación.
Es una lectura que me ha embelesado, torturado y emocionado a partes iguales. Es una verdad que desde nuestros salones con sillones gigantes y pantallas de tv aún más grandes, conocemos solamente de oídas, si llega el caso, pero que siguen sufriendo pequeños y pequeñas en muchas partes del mundo, en pleno siglo XXI, sin que las autoridades que lo pueden cambiar muevan un dedo por hacerlo.
Si os gusta conocer lo que otros viven en otras partes del mundo menos afortunadas, os aconsejo este libro sin duda. Si preferís seguir viendo el fútbol en vuestra pantalla de 60 pulgadas mientras el sillón os da un masaje, allá vosotros.