Crónica de tierra 2

Han pasado 285 años desde que los humanos dejaron Tierra 2 y volvieron a su planeta original y ahora las máquinas son las únicas habitantes de Tierra 2. Esto parece ser el mundo ideal para ellas luego de que su relación con nuestra especie haya terminado en tan malos términos y la guerra sea todavía un eco latente entre ellas. de esta frágil situación es consciente Nathanian, una científica que ha descubierto que sin los humanos dentro de su sociedad es difícil que esta continúe existiendo por muchos años y que, por el contrario, se dirigen en un tren sin frenos a la desaparición. Para evitar esto, Nathanian tiene una idea que puede ayudar a revertir el declive en el que se encuentra Tierra 2 y hará todo lo que esté a su alcance para defender sus ideas, sin importar que estas recuerden el pasado violento con los humanos; pues pese a todo esto, Nathanian entiende que el futuro de sus iguales no depende de ellos, sino de sus creadores originales.

Desde el principio me enganchó la manera en la que aborda Sierra i Fabra el tema de los humanos: vueltos a su terruño después de haber tenido que salir de él a causa de un Gran Holocausto, lo único que queda de ellos en Tierra 2 es el recuerdo y todos los restos de humanidad que dejaron a su paso; acá los humanos son ecos de un pasado. Es como cuando nosotros, humanos actuales, vivimos a la sombra de los griegos y los romanos de la antigüedad; esa es la mejor analogía que se me ocurre para ilustrarles el contexto general del libro.

En esta novela sencilla en su trama, sin pretensiones ni exageración alguna nos encontramos ante un futuro en el cual los humanos somos parte de él sin estar presentes. El 99% de los personajes son máquinas que dentro de su contexto y sus limitaciones fisiológicas intentan experimentar y entender los sentimientos y la psique humana. Con una narración clara, sencilla y que sabe combinar muy bien la historia de cada uno de los personajes que se ven inmiscuidos en ella con diálogos pulidos y justos para cada situación, Jordi logra sacar a los humanos del plano principal para exponer desde afuera nuestra naturaleza, lo que somos, lo que creemos que nos hace humanos y ponernos frente a nosotros una posible visión sobre la especie de igual a igual, cómo nos podría percibir una especie que sea capaz de mirarnos de tú a tú. ¡Tremendo!

Está tan bien contada la historia que llega un punto en el que parece tan natural todo lo que hacen las máquinas y las menciones a algo propio de la naturaleza humana logran dejar en el lector la sensación de que falta algo, de que hay que explicar algo; e incluso llegar a cuestionarse alguno de nuestros extraños hábitos. Es un nivel de enajenación e inmersión tan profundo el que tiene el libro, que logra que el lector mismo, en su condición de humano practicante —no conozco el primero que se crea aspiradora—, llegue a cuestionarse esos elementos que lo hacen humano.

La mención a las emociones está muy bien cuidada y no se limitan a ser solo una lista de reacciones a las que les hemos puesto nombres con el correr de la vida. Por el contrario, son una serie de circunstancias en las que se ven involucradas las máquinas que para nosotros resultan muy naturales y ante las que ellas simplemente no saben cómo operar más que refiriéndose a un término humano, eso claramente solo por acuñar un término, ante la falta de cualquier señal bioquímica responsable de la emoción como tal. de nuevo, ¡Tremendo!

Jordi Sierra i Fabra es uno de los escritores contemporáneos más prolíficos y eso se nota acá, es capaz de exponer una problemática como la de las emociones humanas e incluso la coexistencia de varias especies dentro del mismo ecosistema en pocas páginas, con personajes bien logrados y con personalidades bien delimitadas, con los adornos justos en los momentos en los que quiere hacer hincapié en un hecho en particular, con una mezcla justa entre la narración de los acontecimientos y los diálogos entre sus personajes, que a todas luces se sienten reales y verosímiles. Una pluma muy bien afilada.

Un pecado muy común en los escritores de narraciones es el explicar más de lo necesario algo, dar un contexto histórico enorme solo para señalar un detalle que a veces resulta mínimo. Abruman al lector con una metahistoria que en ocasiones no sirve para nada más que para llenar páginas. Esto no pasa acá, la novela te da los datos justos del pasado en el que los humanos llegaron a Tierra 2, vivieron máquinas y humanos juntos; y lo que llevó a que Tierra 2 quedara limpia de humanos. Esto es algo bueno, pues le abre las puertas a cualquier persona que se acerca a la faceta de ciencia ficción del autor, pues el libro se deja disfrutar en la justa medida; sin necesidad de tener a mano una guía de 1000 páginas sobre el mundo en cuestión, algo que parece ser el dominante ahora.

En la solución del conflicto, en el momento cumbre de la historia, el libro es bastante atípico; acá no hay espacio a disparos por todo lado, una persecución o un complot detrás del poder para establecer un nuevo orden. El momento álgido en donde confluyen los personajes que se habían desarrollado previamente se da en medio de un juicio: un espacio donde por medio de la razón, los argumentos y el despliegue de lógica que estos conllevan, se logra delinear el panorama de lo que fueron los humanos para Tierra 2 y las posibles consecuencias de volverlos a traer para que caminen entre las máquinas como la salvación ante el declive de una sociedad que se sostiene solo basada en el recicle de las partes funcionales de las máquinas más viejas.

Con todo esto queda la incertidumbre de que como humanos aún nos queda mucho por descubrir de nosotros mismos, pues a muchas de las cosas que experimentamos casi que a diario, lo único que les tenemos es un nombre, y no una explicación en el buen sentido de la palabra.

Cosas que descubrí luego de leer el libro:
• Resulta que el libro es la continuación de la Trilogía de las Tierras, yo no la leí antes, así que a lo mejor me perdí de muchas cosas; pero no sentí tampoco que me hiciera falta leerla, pues como ya mencioné, el libro da todos los elementos necesarios para desarrollarse
• Resulta que el ejemplar en cuestión es “bastante raro” … y yo me lo encontré en un remate de libros a $5.000. Basura de unos, tesoro de otros