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El día que perdí la paciencia y los nervios desbordándome sin poder parar de llorar y mi hijo mayor me abrazó susurrándome "calma, calma...", me di cuenta de que, tal vez, no lo estaba haciendo tan mal. Y te lo digo a ti, ahora, por si eres padre o madre y tienes dudas: lo estás haciendo bien. Solo con hacerte preguntas sobre tu crianza, ya lo estás haciendo bien. La maternidad/paternidad es un océano profundo lleno de dudas, miedos e inseguridades en el que no dejamos de remar para evitar ahogarnos y en el que, demasiadas veces, la culpabilidad nos hace ahogadillas. Así que, cualquier bote salvavidas es bienvenido y este puede ser uno de ellos. Defiendo firmemente la crianza respetuosa, pero no os voy a engañar, no es sencilla. No. Porque no significa no poner límites, no significa actuar como un colega..., sino que va mucho más allá. Y es difícil, difícil porque nuestro cerebro adulto tiene la madurez suficiente para comprender, abordar y superar determinadas situaciones, pero el de nuestros hijxs no y a veces se nos olvida. Comprender cómo funciona el cerebro de los niñxs me pareció determinante. Algo sabía por mí profesión, pero necesitaba que alguien me colocara la información en la dinámica familiar. Necesitaba que un libro "nivel usuario" para padres y madres en apuros me echara un cable en lo más mundano. Y lo encontré en El cerebro del niño. Un libro muy divulgativo y con muchos ejemplos para todxs aquellxs que os queráis iniciar en la crianza respetuosa u os sintáis un poco perdidxs en ella. |
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Crítica de Cienletrasporlatido
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