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“Ahora soy consciente de que tanto los malos momentos como los buenos me han conducido a este preciso instante” Antes de comenzar esta crítica me gustaría dar las gracias a Babelio por su iniciativa “Masa Crítica” y a la editorial por el envió de este ejemplar. Arechi apuesta una vez más por la inclusión dando visibilidad a diferentes tipos de discapacidades. Ya lo vimos gracias a tramas como “Signos de afecto” en la que nos presentó a una protagonista con discapacidad auditiva y volvemos a verlo en este manga. Rin sufrió la amputación de una pierna debido a un osteosarcoma. Ha logrado sobrevivir a la enfermedad pero por el camino ha perdido su motivación y las ganas de vivir. La rehabilitación resulta tediosa, los avances parecen lentos, la autoestima decae. Pero todo cambia cuando conoce a Kazami un diseñador de novedosas prótesis capaces de devolver a Rin la capacidad de sentir el viento al correr. Algo que parecía imposible. Al inicio de la lectura llaman la atención los títulos de los cinco capítulos del tomo: “Primer paso”, “Segundo paso” y así hasta el “Quinto paso”. Haciendo referencia a los avances de la protagonista a lo largo de las páginas. Haciendo hincapié en que las dificultades se vencen poco a poco, “pasito a pasito”. Avanzando y en ocasiones retrocediendo. Que importante resultan este tipo de historias ya que gracias a ellas tanto niños como adultos con discapacidades motoras pueden verse reflejados en un libro y encontrar referentes. Pues lamentablemente no son comunes en la literatura los protagonistas con discapacidades. “Blade Runners” es un club atlético de corredores con discapacidad que utiliza las prótesis de Kazami para competir. Gracias a sus integrantes Rin encuentra un nuevo sueño, una motivación: ganar los paralímpicos. Observamos a lo largo del manga la importancia de la medicina y la investigación, además del valor de aquellos profesionales capaces de empatizar con el paciente y retarlo a mejorar. En este caso, leeremos como Kazami pondrá a prueba a Rin día tras día con el fin de hacerla sanar mentalmente. Intentando que se sienta libre y agusto consigo misma y guiándola hacia el camino de la aceptación. Sin embargo en esta historia no solo se hace mención a valores y acciones positivas. al igual que ocurre en la realidad, leeremos como los tratamientos y avances médicos dependen de intereses económicos. Y será en ese momento cuando Rin tendrá que demostrar su valía. Aunque en ocasiones las metas impuestas no parezcan proporcionadas a la capacidad de la protagonista. En este aspecto si al inicio de la lectura por los títulos de los capítulos he notado como se hacía referencia a la recuperación “paso por paso” ha sido más bien hacia la mitad de la trama cuando he reconocido cierta urgencia en mostrar lo avances de la protagonista. Una chica capaz de realizar cualquier tarea tras unos cuantos intentos. Las aspiraciones olímpicas también me parecen algo exageradas para alguien que acaba de empezar en el mundo del deporte y apenas era capaz de mantenerse en pie. Otro punto negativo que observo en esta obra es la necesidad que tiene la protagonista de impresionar constantemente al protagonista. Aunque puedo llegar a entenderla. En ciertos momentos parece que la autora busca excesivamente un acercamiento romántico entre ambos. Ya veremos que ocurre en las siguientes entregas. Por otro lado me habría gustado conocer más la historia de Kazami en este primer tomo pues solo se nos muestran pequeñas y misteriosas pinceladas y la urgencia puede conmigo. En relación al dibujo, no puedo más que elogiarlo por su gran carga emocional. Vemos unas primeras páginas cargadas de negatividad con una protagonista triste para terminar el tomo con expresiones de alegría y satisfacción constantes. Páginas llenas de movimiento que utilizan el viento como recurso de forma reiterada y sobresaliente. No suelo analizar las portadas pero en este caso creo que es necesario por cómo ha captado la esencia de la trama. Una portada colorida llena de energía y alegría, moderna, libre, con una protagonista feliz a pesar de las heridas producidas tras cada caída. También aparece en ella el dibujo de una prótesis llena de flores para transmitir un mensaje de belleza. Pues llevar una no debería ser signo de vergüenza. Creo que no hay historias más bonitas que aquellas que cuentan como una persona es capaz de superarse y encontrar la motivación hasta en los momentos más difíciles. Un manga esperanzador cargado de positivismo y gratitud y una apuesta segura. |
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