Mary Shelley y su compañero Percy tuvieron una vida poco convencional para la época. En 1814 se fugaron juntos –él era casado– y recorrieron varios países de Europa junto con Claire, hermanastra de Mary. Durante el viaje, Mary llevó un diario y escribió cartas, así que están documentadas algunas de sus experiencias. No todo fue color de rosas porque Mary se la pasó descompuesta en casi todos los trayectos y el dinero se transformó en una preocupación. La descripción que ella hace de las personas y de los paisajes se puede comparar con las de “Frankenstein”, lo cual me hace pensar en la gran capacidad que tenía esta muchacha para escribir ya desde temprana edad. También la podemos conocer como lectora, dado que menciona algunos libros que la remiten a los lugares por los que está pasando, y como persona –los comentarios sobre los extranjeros son polémicos–. Estas crónicas son una excelente aproximación a la obra de Mary Shelley. |