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Cada página una historia, una derivación, una incógnita. Muchos personajes, cada cual con su propia impronta. Una niña perdida, o secuestrada o asesinada. Es una, son dos o son tres? La realidad confudida con la imaginería popular. Tantas líneas que investigar. Tanta exigencia a nuestra mente lectora para conectar tantos hilos. Tantas idas y venidas, que eran necesarias para cerrar una historia compleja, de amor, desencuentros, intereses, la vida rural, con necesidades y la típica conjunción de voluntades hacia el bien común. Un libro bien plantado por su autora, bien desarrollado y que no deja ningún cabo sin atar, aún el de un barquero, con reminiscencias del mito griego, que separa las almas inertes pero vivas, de las que partieron definitivamente. Me gustó mucho, pero me dio trabajo leerlo. |
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