"La vida es buena si no te rindes" es un falso relato autobiográfico en el que dos historias se entrelazan. Seth es un tipo solitario, tranquilo, que añora los años 40 y rebusca en las librerías de segunda mano libros y tebeos de esos años. Así encuentra a un dibujante olvidado conocido como Kalo. Seth se obsesiona con Kalo, recorre librerías, bibliotecas y lo convierte en tema de conversación con los que le rodean, sobre todo con su amigo Chet Brown. Con la excusa de encontrar más material empieza a seguir las pocas pistas que tiene a la vez que reflexiona sobre su vida. Kalo se parece a Seth en el trazo de sus dibujos; ese parecido es lo que mueve a éste. Quizás la necesidad de saber sobre Kalo tenga que ver con el miedo de Seth a desaparecer sin dejar evidencia de nuestra existencia, a ser olvidado. Una historia sin mucha acción. Los dibujos, aunque son sencillos, tienen su encanto; me han gustado las viñetas sin diálogo que retratan lugares de Canada y las que reflejan el paso del tiempo, a través de la meteorología. |