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En general, puedo contar con los dedos de una mano libros que empecé a leer pero no conseguí acabar. Hay 2 o 3 así en mi pasado. Soy una lectora compulsiva y hasta cuando una lectura no me emociona o directamente no me gusta, intento acabarla. Pero... este libro pudo conmigo. Con “Cal viva” de Daniel Serrano lo he intentado 4 veces. Lo que más me atrajo del libro era una frase de la sinopsis: “La novela generacional de este tiempo convulso”. En el libro nos encontramos con dos narradores: el padre, Tristán Díaz y el hijo, Ernesto Díaz. Saltamos en el tiempo entre los años 1970 y 1980 y la actualidad. Cada uno de los hombres describe su vida, sus vivencias y sus convicciones. Esperaba encontrarme con dos voces muy distintas, dos vidas un tanto enfrentadas (ya que ambos llevan años sin hablarse). Pero lo que a mi no me consiguió convencer es la narración: entre ambas voces apenas hay diferencia. Narran tiempos y vivencias distintos, pero su manera de expresarse es exactamente igual. Si los capítulos no estuvieran marcados “Padre” o “Hijo” no habría manera de distinguirlos. En la manera de expresarse de los dos esperaba algún cambio, algo que marcaría sus personalidades y al no encontrarlo no conseguí meterme en la piel de ninguno de los dos. También al describir la España del franquismo y la Transición esperaba encontrarme con las descripciones algo más dinámicas, más emocionantes, pero no ha sido así. Otra vez el registro, el tono de la narración lo hace todo más pausado y no ayuda a emocionarse por nada de lo descrito. Nos encontramos con mucha política, un tipo de resumen cronológico de la historia, pero con poca trama. Y yo de una novela espero más vida. Pero, como siempre, hay que destacar que esta es mi opinión y seguramente a otra persona le causará otra impresión. |
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