Los invertebrados

El 15-M, el movimiento tan revolucionario como pacífico que tuvo lugar en la primavera del 2011, es un hecho histórico que da para muchas obras literarias, desde cualquier punto de vista. Incluso para la novela negra más disparatada, como vemos en Los invertebrados, el libro de Gastón Segura. Si quieres saber por qué digo esto, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
Tras pasar una temporada en el hospital, Moisés se enfrenta al salir a dos nuevos problemas: Anahita, su hasta entonces novia, no quiere saber nada más de él y la empresa en la que trabajaba, CMW ha cerrado de la noche a la mañana y tanto su jefe, Marce, como su socio, Nicky, han desaparecido. Un incidente que le hará huir de la justicia le llevará seguidamente a emprender junto a su amigo Don Rufino, el erudito, la gran y disparatada aventura de su vida, todo por encontrar a su antiguo jefe para pedirle cuentas. ¿Conseguirá nuestro hombre averiguar toda la verdad sobre el cierre de la empresa y la huida de Marce?
Moisés Marmuelo, el protagonista de esta historia de corruptelas, intrigas y, sobre todo, personajes singulares, es un hombre que tras trabajar en una agencia de publicidad en calidad de director creativo acabaría en otra de dudosas prácticas, sin que él supiera de ello hasta salir del hospital y encontrársela cerrada y su jefe, fugado.
Moisés no se achanta ni ante su despido por sorpresa ni ante el desamor. Así, tras sufrir un percance que podría llevarle a la cárcel, se asocia con su amigo Don Rufino, el erudito, y comienza una gran aventura de final incierto.
Esta es una novela de acción pero, sobre todo, como he dicho antes, de personajes: de vidas apasionantes que el narrador nos describe al dedillo, tan numerosos y variopintos, como el propio Moisés, nuestro héroe en horas bajas; Don Rufino, su inseparable amigo; Anahita, la maestra yogui que deja a Moisés al principio de su aventura; Aurorita, la suicida con la que puede que nuestro hombre tenga un nuevo romance; doña Guillermina, que no tiene un papel relevante, pero que me encanta que viva con los fantasmas de Periquillo, el tío Antolín y el príncipe de Amalfi; y el perro de raza Yorkshire Terrier de nombre Melitón, por nombrar a unos pocos.
Como digo por tercera vez, esta es una novela de personajes, ¡pero si hasta el narrador se nos antoja uno más! Uno muy culto, eso sí. Tanto, que de vez en cuando ha de contarnos a pie de página lo que ha querido decir con tal y cual término.
¿Es Los invertebrados una novela negra más? ¿Una obra que nos viene a denunciar la corrupción de una época (y de todas, de paso)? ¿Una tragicomedia moderna? ¿Una obra picaresca? Sin duda, es todo esto y mucho más. Es por ello que te invito a que la leas por ti mismo y decidas qué etiqueta ponerle, si es que acaso te apetece. O si tienes tiempo de ello, entre tanto movimiento de sus personajes. ¿O es que acaso no te atreves a seguir a Moisés hasta el final?