Sombras de magia: El príncipe del acero

Qué puedo decir que no haya dicho ya de esta saga. Pues lo diré, ea: que una novela gráfica era justo lo que le hacía falta para plantar la guinda sobre el pastel y que tenía mil ganas de leer la historia de Maxim Maresh. Gracias a la autora por lanzarse con esta precuela.

Desde el principio la historia, los diálogos, la narración... todo huele a Schwab. Si sólo lees los diálogos e ignoras las imágenes, también te parece estar leyendo una novela suya. No quiero con eso menospreciar la parte artística, porque somos muchos los que teníamos ganas de poner caras, colores y formas a Londres Rojo y a este universo.

Si tuviera que añadir una pega, diría que con esta novela gráfica me pasa lo que con otros comics americanos de este estilo de dibujo: las poca consistencia en diseño de personajes. Eso que hace que las caras difieran de forma estrepitosa de una viñeta a otra y que, por desgracia, hace que te pierdas en la acción, más aún cuando hay varios personajes que se parecen físicamente ¿quién esta haciendo qué? ¿es ese Maxim, o es otro el que habla? Lo sé, manías mías de lectora de manga donde todo es estructurado al máximo, pero en este caso me he perdido un par de veces por ello, así que le quito media estrellita por ello. A ver qué tal en próximos números.

Aparte de eso, nada mas que alegría por volver a este mundo y con la certeza de que Schwab raramente decepciona.