El profundo desvanecer

Tempe es una chica de diecisiete años, sus padres murieron hace cinco años y hace dos perdió a su hermana. Está sola, pero solo hay una cosa que quiere y ha trabajado muy duro para reanimar a su hermana y que le cuente una cosa.

Hace mucho tiempo el mundo sufrió las grandes olas y todo cambió, tanto que muy pocos sobrevivieron y el mundo se sumergió. Las únicas tierras
que sobrevivieron fueron las más altas. Ahora, en el arrecife, en el que vive

Tempe pueden, durante 24 horas, reanimar a los seres queridos que murieron ahogados y tener esas horas para despedirse.

Palindrómena, es el lugar donde reviven a los muertos. Es un lugar en el que también intentan cultivar alimentos, pero sin mucho éxito.

Lor es un chico que trabaja y vive en Palindrómena, vive en los sótanos y siente que no merece salir de allí por algo de su pasado. Su único amigo es Raylan, un vigilante.

Una cosa que Temple tiene clara es que su hermana no puede saber que está muerta, pero las cosas no salen como ella espera y la cuenta atrás comienza.

Elysea, la hermana de Tempe, enseguida sabe lo que ha pasado, pero lo único que quiere es hacer una cosa y para ella es una necesidad, sobre todo porque eso es lo mejor para su hermana. Pero para ello deberán escapar.

Tempe y Elysea contra el reloj, Lor y Raylan van detrás de ellas. Una búsqueda, un reloj que les va dejando cada vez con menos tiempo. Un secreto que si se desvela puede cambiar muchas cosas. Y es que...

Al finalizar las 24 horas solo uno de los dos puede vivir.

El descanso de los muertos, la injusticia de tener que escoger cuando tienes
a dos personas que te importan, las decisiones de otros son consecuencias para otros y que nos tocan vivir.

El pero que le pongo a esta historia es que el mundo, no me ha quedado del todo claro porque las cosas son así.