La señorita Else

Dura crítica a la sociedad de la época. Con un estilo narrativo vivaz y original, el autor te atrapa.
Me encanta la manera de pensar de Else, sus soliloquios internos cuando interactúa con el resto de personajes, sus opiniones sobre ellos derivadas de una minuciosa observación, porque Else además de una chica encantadora y atractiva es muy inteligente, mala suerte que sus padres no la hayan dejado desarrollar sus capacidades, bien lo dice ella.
Me cae bien esta chica, seguro que a vosotros también y os dará pena cuando entra dentro de la espiral de devoción filial que se inculcaba en la época y llega a culparse por poner en duda a sus padres, y se auto flagela a sí misma por tener pensamientos alocados con hombres, o cuando va contra natura y quiere autoimponerse una responsabilidad que no la atañe por amor a los suyos, amor no correspondido, porque en la época y en su clase social solo importaban las apariencias.
La trama se desarrolla de forma rápida, las descripciones de paisajes son bucólicas y muy plásticas, son como pequeños cuadros que ilustran el fondo de este drama moderno.
Recomendable leer acompañado de un té con pastas en las tardes con luz otoñal.