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Absorbente, adictiva, angustiosa y claustrofóbica. Un thriller psicológico en mayúsculas. . Sarah no está pasando por una buena racha desde que su madre murió. Se encuentra sumida en una depresión de la que le está costando salir. Cuando Patrick, su marido, ve la oportunidad de comprar la casa de sus sueños, la casa de su niñez, le propone un cambio. Empezar de nuevo los cuatro, ellos dos y sus hijos adolescentes. La vida perfecta en la casa perfecta junto al mar. En un principio Sarah se niega, prefiere gastar el dinero de la herencia de su madre en hacer realidad otros sueños que en su momento dejó aparcados. Pero después de un terrible suceso deciden mudarse. La casa perfecta, no lo es ni mucho menos. 15 años antes una tragedia tuvo lugar en ella. Tres miembros de una misma familia morian acuchillados. La casa maldita le llaman. La casa esconde secretos, muchos más de los que Sarah sopecha. Desde el primer momento las cosas empiezan a ir mal, nadie parece ser feliz en esa casa y la forma de comportarse de Patrick cambia. La historia está contada en primera persona por Sarah y por otro personaje que en un principio no sabemos quien es. Una historia absorbente, de esas que no puedes soltar y las páginas vuelan hasta llegar al final. La voz de Sarah, desde una nebulosa de pastillas que no le dejan pensar con claridad, se te mete en la cabeza y hace que vivas la historia en primera persona, sintiendo sus miedos y sus sopechas. Realmente angustiante y claustrofobica. No podréis parar de leer. |
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