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Después del “Clan del Oso cavernario”, fue el siguiente libro de prehistoria que he leído. Libro para reflexionar sobre dicho período. de fácil lectura y rápida, prosa sencilla, ameno. En líneas generales entretenido y muy didáctico. Buena evolución de los personajes, bien perfilados y con sus roles bien definidos: Torka el líder, Lonit la mujer fiel y rechazada culturalmente, Umak el chamán y expulsado por viejo. Añadir, como experimento social “tribus parasitas”, que viven de otras tribus, robando sus alimentos, armas, mujeres, etc. Trata de un mundo totalmente desconocido para nosotros, en unas condiciones extremas, que hoy en día, nadie sobreviviría, pero ellos sí pudieron. Una lucha tetánica contra una naturaleza que gobierna a su antojo en una oscuridad heladora, más caprichosa, más dura, más cruel, más salvaje. ¡¡¡ Que cómodo se ha vuelto el ser humano ¡!!. Esta situación bien transmitida por el autor. Aquel primer Homo africano, formado por clanes, tribus, grupos o familias; peregrino por el continente oriental y llegó hasta América. Caminando y caminando, por lugares inhóspitos (tundra siberiana, estrecho de Bering), hasta el límite de sus fuerzas. Los débiles son abandonados a su suerte para ser devorados por animales y así salvar a la tribu. El más fuerte vive, y en grupo más todavía. El amor romántico no existe, Torka y Lonit son la excepción, el sexo es llanamente para reproducir más humanos. En su travesía infernal, hay que descansar y cazar para comer. La caza, esa lucha entre hombre y animal, como necesidad alimenticia, como salvación frente a los espíritus. Además, está el “Gran Mamut”, una lucha como David frente a Goliat, feroz, cruel y sin piedad hasta la muerte. |
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