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Ryan nos comparte sin recatos, sin humildad y sin modestia lo que es la aventura de correr 100 kms al día en los desiertos de Africa, en la inmaculada jungla de Brasil o en el inhabitable Polo Sur. Es un poco contradictorio que la introducción nos habla de un Ryan que se lo toma con calma, que con mucha humildad y sin presunción cruza las metas en primer lugar; y luego entra esa voz imaginaria que me he hecho de él y sin reparos habla de su sentido de competencia, de su espíritu de ganar, de su mucha imprudencia .. si, si puedo entenderlo, esto de correr te abre un hambre de ir por todos los senderos del mundo descubriendo todos sus sonidos, olores, amaneceres y atardeceres. |
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