Del argumento, al inicio casi pensé que era el clásico cliché de enemigos, pero después descubrí que a pesar de ser ese clásico chico conoce chica, tenemos a una pareja que a todas luces no podría encajar. Ella citadina, de tacón y ondas perfectas. El un hombre que ama el campo, la tierra, el trabajo de sol a sol. Sin embargo ese click existe y nos quita esa imagen del hombre bruto por uno que es todo corazón, que sabe escuchar y que también sabe lo que es ser urbanita. El romance se va dando poco a poco a base de paciencia ante una ceguera a posta y la rendición hace que NADA QUE VER CONTIGO me haya hecho disfrutar y agradecer que no hubiese mal entendidos, al contrario, amé a Martín por ser ese hombre que conoce a su pareja. Gema Samaro tiene años que no pasaba por aquí, pero regresó para quedarse por su frescura, su descaro, su agilidad literaria que me tiene más que ganada. ¡Feliz lectua! Enlace: https://locasdelromance.blog.. |