Esta divertida comedia romántica nos lleva a Nueva York, aunque su protagonista es de Kentucky y la parte final de la historia transcurre allí. Stella Saint Clare ejerce la medicina en Pringley, Kentucky, y su jefe la envía a Nueva York para realizar un máster. Allí conocerá a un prestigioso médico que trabaja en el hospital donde ella está h is do el curso. Ya conocimos a Stella en anteriores publicaciones, y la verdad es que la chica es más bruta que un arado y está algo loca. También es muy franca y directa, algo que descoloca a los pobres neoyorquinos. Eric Bedenfield es un reputado traumatólogo de clase alta que ejerce en el hospital Sinaí. Esta muy bien considerado por sus jefes y compañeros y tiene cierta reputación entre el personal femenino del hospital. Ambos protagonistas son como el agua y el aceite, algo que no frena a nuestra decidida e intrépida chica. Las situaciones son caóticas y surrealistas, pero muy divertidas. Stella no para de meterse en líos por su explosiva forma de ser. El pobre Eric se ve desbordado cuando ella comienza a perseguirlo. Me lo he pasado muy bien con el libro, puede que la historia no tenga demasiado sentido, pero yo me he divertido mucho y me ha proporcionado un par de tardes entretenidas. Es un libro perfecto para desconectar. Últimamente no me convencen demasiado las nuevas publicaciones de la autora, pero esta me ha dado justo lo que esperaba y necesitaba. Os animo a echarle un vistazo a sus novelas. |