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Lo que más destaco de la obra es la ambientación. Completamente gótica, en una mansión torcida al mismísimo borde de un acantilado, siniestra, con más habitaciones cerradas que abiertas, escaleras estrechas, otras cubiertas de sangre, y una historia de asesinato múltiple entre sus paredes. En esto se lleva un diez. La escritura en general también me gusta mucho, las voces de los personajes y su forma de expresarse. Lo estaba disfrutando muchísimo hasta el tramo final, que aunque estaba deseando enterarme de las revelaciones finales llega un momento en el que el autor se pasa de rosca. Hay un límite de plot twists para que la cosa sea efectiva (al menos para mí) y no pase del asombro al ¿y qué más?. Casualidades improbables, yendo quizá un poco más allá de donde hubiera sido perfecto. Por supuesto, en cuanto a mi gusto personal y tan solo en mi humilde opinión. Aún así, es un libro que te hace querer seguir leyendo, muy bien ambientado y narrado, con secretos escabrosos y misterios para parar un tren. Lo he disfrutado mucho, aunque ese tramo final haya hecho que el libro se me desinfle considerablemente. Un 3,5* - 4* |
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