La joven vampira: 6

La tradición francesa del relato fantástico es de las más antiguas de Europa, y los franceses llamaban a este género "le mervilleaux fantastique". Con el paso del tiempo surgieron autores que escribieron ciencia ficción antes de la existencia del género como tal, verdaderos pioneros cuyo líder indiscutible fue Jules Verne. Pues bien, años más tarde aparecieron continuadores de esta escuela que ahondaron también en el terror, como por ejemplo Maurice Renard, gran admirador de H. G. Wells, que escribió alguna novela memorable, como "Las manos de Orlac", y el caso que nos ocupa, este autor tan prolífico que fue J. H. Rosny Ainé. Verdadero icono de la ciencia ficción en su país, este hombre escribía sobre una variedad de temas y conceptos, tocando diferentes materias en cada novela, algo que era inaudito para la época. Tenía una narración sobre extraterrestres etéreos, relacionados con los homínidos de la prehistoria, o sobre la llegada de una formación gaseosa proveniente del espacio exterior que podía envenenar a la raza humana... O sobre exploradores que encuentran un mundo perdido (y alienígena) dentro de una inexplorada selva tropical.

La imaginación y capacidad de Rosny para producir ficción de calidad es algo que ha quedado soslayado con el paso del tiempo debido a la falta de traducciones al inglés o español en su época de publicidad, pero con el paso de los años, en Estados Unidos por ejemplo, el editor y traductor Brian Stableford se ha dedicado a poner al alcance del aficionado de a pie muchas de sus obras clásicas. En España ha corrido similar suerte, y editoriales como Valdemar o autores reconocidos como Alberto López Aroca han editado algunas de sus obras más famosas. Esta tarea viene a sumar hoy un eslabón más con la publicación de "La joven vampira" por parte de Aristas Martínez.

Vamos a encontrarnos con una cuidada traducción directamente del francés original, y el núcleo central de esta novela corta es mostrar un caso inexplicable, podríamos decir que incluso paranormal, que desafía todos los límites de la ciencia. La protagonista, Evelyn, es una joven común y corriente que muere inesperadamente y por causas desconocidas. Increíblemente vuelve a la vida para reunirse con los suyos, por supuesto más pálida y extraña, sobre todo porque se refiere a sí misma en tercera persona... ¿es ella misma, o alguien más habla usando sus cuerdas vocales? Y además, ¿por qué parece que a medida que los que la rodean se debilitan, Evelyn se siente más fuerte y robusta?

Todos estos hechos desconcertantes van a empezar a ser desvelados por un científico que conoce el caso de oídas y queda tan intrigado que decide intervenir. Como hombre de ciencia sabe que no puede dejarse llevar por las supersticiones, pero ¿Y si verdaderamente el caso de Evelyn es un caso de vampirismo?

A los que esperéis la ambientación gótica clásica a lo "Drácula" siento decepcionaros un poco: hay una sensación terrorífica que no llega a llamar del todo, y es que por el contrario, Rosny prefiere ir por derroteros distintos. La actividad paranormal puede existir paralelamente a la de la ciencia, y así bien podemos estar ante un caso de transmigración de almas, o directamente posesión. Porque lo que sea que el cuerpo inerte de Evelyn encontró en la oscuridad del más allá, necesita alimentarse de la fuerza vital humana para sobrevivir... y en este punto recuerda también al relato "El parásito" de Arthur Conan Doyle, y al vampirismo psíquico.
El lector conocerá al marido desconcertado ante una mujer que es la suya y a la vez no lo es...

¿ Y el final? Os sorprenderá, palabra de reseñadora. 

Artistas Martínez nos sorprende rescatando del olvido oscurantista una novela novedosa por el planteamiento científico y lo bien escrita, una joyita de culto para todos los aficionados que cada tanto podemos darnos un gusto cada vez que se recupera una obra inédita de estas características en español.