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De la poesía de Luis Rosales se ha escrito ya mucho. Se dice que sus versos están saturados de conservadurismo, de un catolicismo intimista y de ideología falangista, donde está muy presente la exaltación de la idea de patria y de sus pasados triunfos militares. Como en algunos de los autores de la generación del 27, hay en sus primeros poemas una tendencia a la estrofa clásica, donde se nota la influencia de Garcilaso de la Vega. A medida que su poesía va madurando, Rosales se atreve con el verso libre, sin estrofas. Tal vez debería hablarse más propiamente de prosa poética, donde entremezcla lo lírico con lo narrativo y donde es más patente la influencia de Antonio Machado. Su poesía, circunscrita a la generación del 36, va adquiriendo progresivamente un tono más reflexivo, con inquietudes existencialistas y cierto uso del surrealismo. Se ha definido la poesía de Rosales como “la poesía de lo cotidiano”. Aborda temas clásicos como la memoria, la muerte, la escritura, el amor sereno. Neorromanticismo llaman algunos a su concepción del amor. A mi entender, Rosales habría sido un enorme poeta, más de lo que ya era, si no hubiera estado tan lastrado por el conservadurismo y por tanta religiosidad, que rezuma en la mayor parte de sus versos, a pesar de su profundidad. La suya es una poesía autobiográfica, intensa, llena de sensibilidad, de emociones a flor de piel, que te embargan y con las que no puedes menos que coincidir temblando. Es también una poesía llena de desencanto, un auténtico lamento por la pérdida de la inocencia, un lamento que lo impregna todo. Sígueme en: Enlace: https://librosmagazine.wordp.. |
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