El campo de diamantes de Irulan Romay es una historia plagada de erratas que me ha resultado pesada y me ha costado terminar. Por suerte, no me he rendido con la lectura ya que lo mejor, para mi gusto, es precisamente la última parte. El personaje protagonista, Andrés Ornelas, me ha parecido un auténtico calzonazos que se deja manipular por todo el mundo, empezando por su esposa, y no he conseguido empatizar con él ni de lejos. Lo más interesante, en mi opinión, ha sido la presencia de Moncho, con su ingenuidad y buen corazón. Si no os gustan los textos con marcado acento iberoamericano no os recomiendo este. |