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Este es un libro, un compendio de fotografías de objetos, paisajes, lugares, situaciones y si sabes hurgar en la esencia de todas ellas, quizás encuentres emociones de quienes hayan estado allí en algún momento aunque ahora mismo no lo estén. Al final es como todo: son sucesos, emociones, sentimientos, vivencias de alguien que otro alguien inmortaliza en una fotografía y si el que las ve las sabe mirar, encuentra y VE. Reconoceré que no soy muy ducha en este ámbito pero en algunas, más que algunas diría yo, he visto ese algo pero no sabría quizás decir qué, ¡no me atrevería! Otras, en contraposición, han pasado sin pena ni gloria por mi vista pero no se han guardado en mi memoria. No todo es para todos, dicen, pues eso creo que me ha ocurrido a mí. Lamentablemente no he sabido sacarle todo el jugo que está dispuesto a dar a buen entendedor este libro y siento decirlo porque me hubiera gustado que hubiera sido así pero en absoluto tengo esa sensibilidad necesaria para exprimir esa naranja. Un pequeño buzón de Correos, una pared desconchada, una estampita de algún santo; paredes en esencia lienzos en blanco para escribir emociones, trenes destartalados y sin vida propia de la que gozaban antaño. Fotografías que, como bien encontramos en su interior . Muchas de ellas contienen cortas frases que nos ayudan a etiquetar, a dar título a esas imágenes. Doscientas sesenta y tantas páginas repletas de todo lo anterior que harán las delicias de todo amante de la fotografía y el olvido. |
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