Venganza de sangre

Ganadora del premio Hislibris al mejor autor de novela histórica 2010 y del certamen de novela histórica Comarca del Cinca medio en 2009, Venganza de sangre aun con sus defectos es un novelón.

Bajo el reinado de Jaime II de Aragón el texto comienza con la conquista aragonesa de la isla de Malta.

Allí un niño Angeviano será testigo directo de las torturas y violaciones que su madre y su niñera sufrirán en manos de cuatro parásitos que amparados en la impunidad de la guerra, darán rienda suelta a los más bajos instintos.
El título es lo suficientemente claro para intuir lo que vendrá después.

Para acabar cuanto antes con lo menos bueno, el autor crea un personaje (Teresa) al que encuentro tan forzado como prescindible, y que lo único que hace es solazarse en lo verdes campos con nuestro joven Blasco, futuro templario y vengador.
Algún suspiro de amor, que olvida con el movimiento de caderas de otras damas.
Media estrella menos. Sea.

Sin embargo, en lo histórico Roa está descomunal.
Desde la recreación política y comercial, pasando por como actuó el rey Jaime II con el fin del temple y la orden papal de su eliminación hasta la conquista de Cerdeña, todo es fuerza narrativa.
Un magistral fresco de la baja edad media que ya quisiera saber novelar más de un catedrático en historia. (y no miro a nadie, Corral)

Y por si todo esto fuera poco, nos vamos a Escocia. Mi parte favorita. Parajes bucólicos descritos con maestría que no tardarán en ser salpicados por honor, sangre y muerte.

Nadie interpreta mejor las batallas que Roa. Ni siquiera Posteguillo. El valenciano tiene mejor tensión y tejido argumental, el aragonés prosa.

El libro está plagado de excelentes personajes. (excepto Teresa) La mayoría con luces y sombras y todos muy bien perfilados.

El autor de forma hábil lleva al extremo la venganza y la retuerce, cuestionando su utilidad.

Y la superstición. La búsqueda de algo legendario dará pie a la codicia. Ambiciones sostenidas en creencias imposibles por las que hasta el hombre más pío, es capaz de matar.
Lo más sorprendente es donde está hoy esa reliquia.
¡Y yo sin saberlo! ¡No tengo perdón!

Lo dicho, un novelón que he disfrutado como cerdo en lodozal.
¡Volvemos a ser amigos Sebastián!