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Historia trepidante y que cumple con la función de enganchar al lector y no soltarlo. Es una novela negra de detectives en un futuro lejano.El principal punto a favor es un mundo futuro bien construido y una premisa que para mi es una novedad en el trillado mundo del ciencia-ficción: el futuro no está en los robots ni en la AI sino en el intercambio de cuerpos. La idea del cuerpo físico como una funda intercambiable y la, en principio, inmortalidad de las personas que solo deben ir cambiando de cuerpo para seguir vivas es una idea novedosa y a la vez apasionante y espeluznante.En contra, pues que toda la historia es una refrito de otros libros y películas, según lees irás recordando a Blade Runner, a Neuromante (esa estética Ciberpunk) , historias de detectives clásicas como las de Elroy o Chandler, detalles a lo Terminator...creo que el autor bebió de fuentes clásicas, las agitó y le salió una historia resultona aunque con tendencia a desmelenarse al final, con una resolución muy justita en cuanto a credibilidad.
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