Carta de un ateo guatemalteco al Santo Padre

Carta de un ateo guatemalteco al Santo Padre (2020) es una buena novela, bien escrita y con un tema interesante, es una novela histórica que expone los problemas de fondo de la bella Guatemala : la falta de entendimiento cultural entre las etnias primigenias y los ladinos (mestizos) que acaparan el poder desde la Conquista.
En la portada se puede apreciar una muestra de mural maya, tan enigmático y descubierto hace poco en Chilonché (Petén) al noreste de Guatemala. Es una escena ceremonial para la cual carecemos de explicación por el momento en la cosmovisión maya.

Además la novela es original porque tiene cierto ritmo de thriller y comienza y termina con una carta. En el prólogo, el protagonista, Román Rovirosa (RR, alter ego?), doctor en Religiones Comparadas escribe al Papa Francisco para denunciar la expoliación de los cofrades mayas de sus territorios por la iglesia católica; territorios que les permite practicar una religión sincrética de la religión católica. Y en el epílogo tenemos la respuesta del Papa Francisco.

Los personajes son dos : el comparador de religiones que tratará de ayudar a Don Melchor, un cofrade maya kaqchikel, para que la iglesia católica no lo expulse del terreno que ocupa para oficiar. Don Melchor es un sabio, es misterioso, conoce la negociación. Ambos tienen hijos de la misma edad y es interesante constatar la diferencia de crianza y el trato que se dan.

Rovirosa hará todo lo posible e imposible para obtener un resultado, pero se estrellará contra todo tipo de dificultades, incluso amenazas. Después de darle todas las vueltas al caso, comprenderá que la única manera de ayudar será aportando dinero para hacer una transacción inmobiliaria.

Aquí viene la parte « real maravillosa » del relato porque el dinero surge solo. Primero, el comparador de religiones va a encontrar un billete de 500 euros doblado en tres y escondido en un libro de Gombrich que había comprado usado en Nueva York. Como el monto era insuficiente, decide de jugárselo en un Casino con tal suerte que ganará una suma astronómica que ahora si puede servir para la transacción inmobiliaria. Pero aquí entra el hado maléfico y el comparador de religiones cae en un atraco, moneda corriente en la vapuleada Guatemala.

¿Qué idea de ir a « hacer fortuna » en un Casino ? Hay que ser ludópata para imaginar semejante escenario. En todo caso la violencia que denuncia el escritor está bien presente. ¿Y la respuesta del Papa? Ha dado trámite para que sean restituidas las Cofradías Católicas. Bien, hay justicia terrenal.
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