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Estuve en una montaña rusa con la lectura de este libro. Leer un libro de Ruth Rendell era mi asignatura pendiente y probablemente tenga que acostumbrarme a la forma de escribir de esta autora. El padrastro de Heather e Ismay aparece muerto en la bañera de la casa. Ismay y su madre habían salido de compras y sólo Heather estaba en casa. Cuando madre e hija llegan, ven a Heather con la ropa y los zapatos mojados, por lo tanto dan por sentado que ha sido ella la asesina. ¿Era Heather la culpable o no?, es la pregunta que Ismay se hace durante muchos años y un dilema que la lleva al borde de la locura o de la cordura. En base a este argumento se va tejiendo la trama que más que novela negra, lo diría, es una novela psicológica, pues la autora ahonda en la personalidad de cada uno de los protagonistas, donde las piezas del puzzle encajan y desencajan. La novela tiene muchos personajes secundarios, no menos interesantes y que en un determinado momentos, le quitan protagonismo al argumento central. Me costó un poco de trabajo, entrar en la historia con tanta descripción psicológica de los personajes, pero luego descubrí que todo forma parte de un complejo entramado que tiene como propósito el esclarecimiento del asesinato. El final no me decepcionó, todas las piezas van poco a poco encajando y afirmándose para lograr mantener la tensión y por ende, el entusiasmo en la lectura. |
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