Nos vemos ayer

Rachel Lynn Solomon estuvo trabajando en la radio pública antes de que su amor por contar historias la llevara a escribir ficción. "Nos vemos ayer" es la tercera novela que leo suya, y con cada una, logra enamorarme un poquito más de su manera de escribir.

Lo que más me gusta de sus novelas es que Rachel Lynn Solomon crea unos personajes únicos y especiales, pero en todo momento con un enfoque realista, en cuanto a su aspecto y personalidad. "Nos vemos ayer" no es una novela que destaque por un gran elenco de personajes, ya que, aparte de Barret y Miles, los protagonistas, hay unos pocos más secundarios. Aun así, todos ellos están muy bien definidos y cada uno aporta un toque fresco y diferente a la historia.

Rachel Lynn Solomon tiene una manera de narrar muy cercana y cautivadora. Logra que el lector se pueda sentir parte de la historia, ya que detalla con mucho tacto y sentimiento tanto las partes alegres como las serias. Hay escenas, de los sentimientos o pensamientos tanto de Barret como de Miles, relacionado con su pasado y su familia, que son muy realistas y el enfoque muy acertado, así que no sería raro que el lector se pueda sentir identificado en más de un momento.

"Nos vemos ayer" es una novela de temática comedia romántica, pero con una gran carga de crítica social hacia el bullying y las adicciones.

Me ha sorprendido mucho la base de la historia, sobre todo por novedoso, y que además la autora lo ha sabido desarrollar de manera magistral: los viajes en el tiempo, o en este caso, estar atrapado en un bucle temporal, y repetir uno día tras otro la misma fecha: miércoles 21 de septiembre.

Barret tuvo un paso por el instituto un poco complicado, sobre todo con el baile de fin de curso y lo que ocurrió posteriormente. Por eso, cuando comienza en la universidad, lo afronta como una nueva oportunidad de comenzar de cero, ya que nadie sabe nada sobre su pasado. Su primer día de clase, el 21 de septiembre, no comienza del todo bien, a pesar de ello Barret es optimista, pero por la noche, tras colarse en la fiesta de una fraternidad, provoca un incendio.

Al día siguiente, con el horror de ser recordada como la chica que incendió una fraternidad, Barret no sabe cómo afrontar el día. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre que vuelve a ser 21 de septiembre, por lo que tiene la oportunidad de evitar lo ocurrido. Aun así, al día siguiente sigue siendo 21 de septiembre. Barret no sabe qué hacer cuando conoce a Miles, un compañero de su clase de física, y descubre que él lleva aún más tiempo que ella atrapado en ese fatídico día.

"Nos vemos ayer" recoge una historia muy divertida por sus personajes y las situaciones que viven, harán soltar al lector más de una carcajada. Barret y Miles son totalmente opuestos, pero encajan a la perfección en esa situación tan rocambolesca que están viviendo. Mientras Miles busca una respuesta más científica que les ayude a salir del bucle, Barret le propone vivir y disfrutar, hacen locuras, como alquilar un camión de helados y regalarlos, adoptar a un montón de perros y llevarlos a jugar y darles muchos mimos, viajar en avión o conocer lugares que tenían pendientes. Piensan que haciendo buenas obras o cerrando una parte de su pasado pendiente pueden salir del bucle, pero no es así. Mientras, Barret y Miles se van conociendo y, aunque aún les quedan muchos secretos por desvelar, cada vez se sienten mejor juntos, aunque se nieguen a escuchar a su corazón.

Aunque es obvio que Miles y Barret van a acabar enamorados, Rachel Lynn Solomon ha sabido mantener muy bien la atención del lector en la historia, ya que todo apunta a que van a tener que revivir una y otra vez ese día 21 de septiembre. Pero aparte, tanto Miles como Barret llevan a sus espaldas una pesada mochila cargada de problemas y traumas, los cuales no saben cómo afrontar y cómo les va afectar en su relación.

En contraste con el punto de humor, "Nos vemos ayer" recoge también una gran cantidad de sentimientos y pensamientos sobre el pasado de Barret y Miles, y las relaciones familiares, de amistad o de pareja.

Dos temas que por desgracia están muy a la orden del día, son las adicciones y el bullying. El lector se adentrará en ellas con Barret y Miles, en la repercusión que para una persona puede tener vivir algo así, sobre todo de manera psicológica. Ambos descubrirán la importancia de hablar, de ser escuchados y soltar todo lo que llevan dentro para poderlo hacer frente. No es malo pedir ayuda de un profesional cuando es necesario, al contrario, es un paso muy valiente, ya que significa que se asume, se quiere superar y estar bien con uno mismo. No podemos dejar que lo ocurrido en el pasado condicione nuestro futuro y nuestra vida, como le ocurría a Barret y Miles.
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