Un ejercicio tan enriquecedor como entretenido. Su telaraña de personajes está tan bien tejida que puede sostenerse impecable a pesar de los golpes de guión. Su universo es tan mágico como cruel. Y la destreza de su autor hace que "la primera persona" sea la perspectiva para su historia más allá del individuo. Casi da más miedo que la realidad a la que critica. Fantástica (literal y metafóricamente hablando). |