Historia de un amor turbio

“Era ella, sin duda; la misma boca, el mismo firme seno, las mismas cejas que se levantaban de cariñosa extrañeza. Pero la mirada… La mirada era otra; no cambiada en esencia, pero sí revelando claramente en su aplomo que los cinco años de experiencia no habían pasado impunemente.” ~ Historia de un amor turbio de Horacio Quiroga.

¡Menuda historia nos cuenta Quiroga en esta breve novela! La trama transcurre en tres épocas: hace 13 años, hace cinco años y la actual. Si nos situamos en el periodo más lejano, tenemos al joven de veinte años Luis Rohán, un conde que no sabe qué hacer de su vida, que visita asiduamente a la familia Elizalde. Vemos como se relaciona con Mercedes, la hija mayor de su misma edad; con Eglé, la pequeña de nueve años de edad; y con la madre de ambas. En estos años, la niña está enamorada del joven y este le da alas a ese amor de niñez.

Por eso, cuando se reencuentran ocho años después, la niña ya convertida en una joven, sigue bebiendo los vientos por el conde hasta tal punto que se promete en matrimonio con él. Aun así, el joven conde mantiene un juego a dos bandas que no tengo claro si es porque su instinto es de cazador y una vez conseguida su presa, deja de tener interés; o es que es de los que no quiere renunciar a nada.

Y hasta aquí puedo contar porque la historia hay que leerla entera e ir descubriendo a estos personajes. Parece que a todos les falta un hervor, a unos más que a otros porque se supone que el grado de madurez debería ser mayor a mayor edad, pero aquí priman los intereses subyacentes a un “buen matrimonio”.

La historia no es solo turbia, sino que perturba bastante. Aun así, con toda la grima que puedes sentir mientras la lees, me ha gustado. Quizá por eso, porque está contada de tal manera que te genera sentimientos de repulsa que nos ha dado para debatir largo y tendido en #clasicosflash.