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Una de las cosas que destaco de esta historia es que al llegar al final del libro me he emocionado, tanto, que leer LA LLAVE DE LAS ESTRELLAS ha merecido la pena por muchas cosas, pero sobre todo por sentir como se me erizaba la piel al descubrir su final. La novela son dos historias, una en el pasado, a finales del siglo XV durante el reinado de los reyes católicos, en un época donde se avecina la expulsión de los judíos y la otra a principios del siglo XXI donde una chica griega con antepasados judíos descubre la historia de sus orígenes al morir su abuela . Esta le entrega una llave donde le explica que abre la puerta que encierra la historia de sus antepasados. Desahuciada sin trabajo y sin familia, decide viajar hasta España para conocer algo de sus orígenes. Viaja a Alpartazgo (Zaragoza) y es entonces cuando se suceden los capítulos en el presente y en el pasado enlazados de una forma magistral entre la protagonista del presente Rebeca Benveniste y su antepasado Vida Benveniste, hija del carnicero judío del pueblo, de espíritu libre quien estudió medicina, fue partera y tuvo una vida bastante convulsa debido a sus inquietudes. Trepidante, emotiva, cargada de historia, misteriosa por momentos, puede que la historia de Vida tenga algo más de aliciente que la de Rebeca, pero ninguna puede subsistir sin la otra y lo que distan siglos en el tiempo se vuelve en su conjunto cercano y de justicia. Una novela con mucha carga social, con cierta crítica histórica y su dosis de amor en ambos espacios temporales que te llevan a cuestionar fronteras y nacionalidades. Uno puede tener sus orígenes, pero hay situaciones donde hay personas que sin pertenecer a un lugar hacen más por ese sitio que los propios oriundos. No me olvido de los secundarios, de esos personajes que aportan más que restan. Una lectura muy recomendable. |
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