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Ha sido una lectura que se me hizo un poco lenta, pero no porque el libro se me hiciera pesado, si no, porque en algunos momentos había que parar para analizar lo que le estaba sucediendo a Mon, nuestra protagonista, y es que ella va contando, aunque no quiera, aunque le duela y aunque quisiera huir de su pasado. Ese pasado que la acompaña, y que la deja marcada, una huella que no se ve, pero existe. Un cambio de aires es lo que necesita, y su mejor amiga Lena, le recomienda a su psicólogo, tiene que aprender a pasar página, aprender a quererse y sobre todo, aprender a vivir, que durante años se ha negado muchas cosas, y eso no es bueno. La mente en estos casos es muy curiosa, tenemos el sentimiento de culpa tan arraigado, tan metido en nuestra cabeza que arrastramos cargas, incluso las que no son nuestras, y nos autocastigamos, creemos que no merecemos algo, incluso nos negamos a ser felices. ¿Curiosa nuestra mente ,no? Lena confía mucho en Nicco, su psicólogo, y cree que puede ayudar a Mon a superar todo aquello que no la deja avanzar, pero.. ¿Qué haces cuando el hombre que te tiene que ayudar te pone nerviosa, y te atrae? otro lío más que Mon ni esperaba encontrarse. Nunca ha tenido una relación seria ,¿ y si esta fuera aquella relación que quiere? Mon por fin está poniendo las cosas en orden en su vida, o eso cree, tiene trabajo y poco a poco se va adaptando en él, y aquí entro yo a adorar su trabajo, una tienda de té y café, pero sobre todo, teeeee !!! Uno de los grandes placeres de la vida es el poder sentarse en un sitio, o en tu casa, mirando la ventana, con una taza de té en la mano, su sabor te calma y te aporta ese calorcito que te hace falta. Los amantes del café yo creo que sienten lo mismo, pero mi pasión es el té, algo simple, pero pocas cosas hacen falta para ser feliz, no crees? Bueno, volvamos al lío, que Mon tiene uno bien grande, el dueño de la tienda, Marc, este hombre la traerá de los nervios. Él no tiene preocupaciones, vive la vida y se deja llevar, no está mucho en una misma ciudad, y es libre. Mon ahora sí que está en serios problemas, Nicco tiene todo lo que ella desea, pero no se decide, en cambio, Marc, tiene diversión y libertad. Aquí, justo en este instante es donde me enfadé mucho con Mon, Su indecisión la lleva a hacer muchas tonterías, que ella no las ve, pero desde fuera le hubiera dado con una silla, una mesa y el juego de comedor completo en la cabeza, porque no medía las consecuencias y las cosas podían salir muy mal, hay sentimientos y hay personas involucradas. Mon tiene que tomar una decisión, durante este camino, ella debe aprender a sanar heridas, a recordar, a crear nuevos recuerdos y a viajar al pasado y encontrarse con situaciones que son dolorosas, pero necesarias para avanzar. Es por esto y por muchas otras razones, que no voy a decir para no soltar nada más de la cuenta, que me gustaría que le dierais una oportunidad a este libro, porque te deja un buen sabor de boca y su portada es simple, pero esconde una bonita sorpresa. |
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