Un edificio. Seis viviendas. Y un montón de historias, porque ya sabemos que cada casa es un mundo y en el edificio Claus tenemos de todo. Familias, compañeros de piso, amigos, hermanos, y hasta el vecino gruñón que, al final es igual de entrañable que el resto. No sé a vosotros, pero a mí, el edificio Claus, me parece el lugar perfecto para pasar las fiestas. Además de que lo leeréis en un suspiro. ¿Os apuntáis a la fiesta que están preparando en el rellano? |