Esta obra nos muestra la vida de la autora desde su llegada a las montañas de Wyoming, todo lo que vive allí y cómo logra adaptarse a todo el entorno. Todo esto está narrado en veintisiete cartas que la autora envía a su exjefa que vive en Denver. La narración es muy sencilla y está plagada de preciosas descripciones de las montañas de Utah que hacen al lector imbuirse en la narración e imaginarse allí sin dificultad alguna. A lo largo de las cartas, la autora vive infinidad de aventuras y la verdad es que parece mentira que en un lugar un tanto apartado se puedan llegar a vivir tantas cosas cómo las que le ocurren a Elinore. Hay cartas que están muy bien, son realmente interesantes, en cambio hay otras que se me han hecho un tanto pesadas y aburridas. Una de las cosas que más me ha sorprendido y encantado de esta historia es el carácter de la autora. Sorprendentemente es una mujer con ideas feministas, muy liberal e independiente, y esto llama la atención por la época en la que se escribieron las cartas, la primera de ellas data del año 1909. También es una persona llena de optimismo y vitalidad, que contagia una alegría de vivir al lector y logra que éste saque una sonrisa la mayor parte del tiempo. Otra cosa que me ha encantado es descubrir cómo era todo el tema de los pioneros americanos y todo lo que tenían que hacer para lograr su objetivo de convertirse en hacendados de su propio terreno. Me ha resultado muy interesenate la normativa y lo que gira en torno a los pioneros. He disfrutado mucho de la historia, me ha parecido una lectura muy agradable y la recomiendo sin lugar a dudas ya que todo el mundo debería conocer a Elinore Pruitt Stewart. |