Me encanta Terry Pratchett. Solo él puede hacerte sonreír de forma constante y al final de la historia dejarte el corazón calentito con unos personajes a los que se les coge más que cariño. Releería mil veces cada una de sus historias. En esta, el mundo de la Muerte se une al de los magos y se nos ofrece una muy interesante teoría sobre los centros comerciales. El resultado es una historia de los más graciosa sobre la muerte en sí, los no-muertos (que también tienen sus derechos), el exceso de vitalidad y gritos de guerra (¡Yeee!).
|