Orfeo

“La música es conciencia que penetra por el oído. Y no hay nada tan aterrador como ser consciente” ~ Orfeo de Richard Powers.

La historia de Peter Els comienza cuando fallece su perra Fidelio, su gran compañera a sus 70 años. Decide enterrarla en su jardín, saltándose la normativa y provoca una serie de situaciones encadenadas que lo convierten en una de las personas más buscadas. En su casa descubren un laboratorio de bacterias y un montón de bibliografía sobre química que levanta sospechas en las autoridades. A Peter no le queda más remedio que huir y por su carrera como músico le apodan “El Bach biohacker”.

Pero el libro no narra sólo la huida de Peter —de hecho es la menor parte— sino su vida. Desde niño Peter es un apasionado de la música y de la química y su historia es la historia de una elección constante. Poco a poco vamos descubriendo a Peter, su evolución, sus penas y glorias y sobre todo su gran amor por la música.

Reconozco que el comienzo se me hizo algo duro y un poco pesado. Tantos términos musicales, —séptimas, tónicas, disonancias, cuartas y quintas—, se me estaban atragantando pero la narración era una delicia así que decidí seguir con calma. No me preguntéis qué pasó pero llegando a la mitad del libro me enganché de tal manera a la historia de Peter que pasé de temer que se me atragantase a disfrutarlo como no tenéis ni idea. Eso sí, de nuevo hacia el final volvió a decaer y no me apetecía leerlo. Quizá porque presentía como iba a terminar la historia, por otra parte el final más coherente.

El libro no está divido por capítulos sino por frases que separan las escenas y a veces no sabía dónde estaba, si en el pasado o en el presente. A medida que avanza la trama la diferencia queda más clara.

Desde luego el libro es un canto a la música, a la literatura, al arte en sí. Y en ese sentido me ha encantado porque el libro es quizá un poco como el arte: depende del momento en que lo leas, lo ves de una manera o de otra; quizá porque el personaje, como la música que compone, atraviesa crescendos y diminuendos.