Ligeia

4.5/5 estrellas.

Qué responsabilidad reseñar Ligeia, el cuento preferido de Edgar Allan Poe —y también el mío en cuanto a sus escritos—, pero acá vamos.

Ligeia nos lleva en un viaje a través de los ojos de un narrador profundamente preocupado y perdidamente enamorado.
La historia comienza con nuestro protagonista contando que ni siquiera tiene noción de dónde ni cuándo conoció a su esposa Lady Ligeia, pues se encuentra absolutamente obnubilado de amor por ella. La describe de una manera tan maravillosa y atrapante, elogiando cada una de sus cualidades, todo narrado con una exquisitez que es de no creer.

Lamentablemente, nuestra Ligeia muere, y este pobre hombre, ahogado por el dolor, enloquece y despierta su adicción al opio.
Al poco tiempo se casa con una mujer llamada Lady Rowena, que era todo lo que no era Lady Ligeia. Y obsesionado con su memoria en cuanto a esta última, destruye la vida de su nueva esposa inconscientemente.

Inesperadamente, Lady Rowena también fallece a manos de una enfermedad, y nuestro protagonista se sumerge nuevamente en el dolor.

Y lo que sigue es un relato escalofriante e inquietante de cómo el narrador es testigo de los numerosos momentos en los cuales la vida regresa y abandona, una y otra vez, el cuerpo de Lady Rowena. Obviamente, él está aterrorizado.

Lo voy a dejar hasta ahí para que disfruten del final tanto como yo.
Cabe aclarar que todo el detalle descriptivo es la clave en este cuento. Y no estoy hablando simplemente de que se trató de una lectura emocionante en cada párrafo, sino que Poe hace un trabajo maravilloso al componer oraciones que enfatizan los aspectos lúgubres y oscuros de la historia. Está constantemente construyendo con una prosa preciosa, y arrastrándonos con este amante y su intenso dolor. Seremos capaces de experimentar este cuento muy vívidamente de la mano de su excelente pluma.
Adoré los matices de lo bello y lo descabellado de la historia. La relación y el amor entre el narrador y Lady Ligeia era inquietante y obsesiva, pero muy, muy hermosa. Me encanta que algo que debería parecernos desagradable —porque no es ningún secreto que la escritura de Poe es muchas veces oscura y áspera—, pasó en todo momento como una bella historia de romance gótico ante mis ojos, envuelta en poderes brutales y despiadados que no son capaces de permitir que ningún alma se interponga en el camino de este romance. Hermoso, mágico y, también, terrorífico.

Nuevamente hago mención a la narración tan descriptiva porque juega un papel crucial en el impacto final, en el cual no se refleja ningún signo de que flaquee en intensidad, sino todo lo contrario. La historia culmina en el más alto de los máximos, ya que el misterio y el suspenso se combinan con el terror y lo sobrenatural.

Entonces, ¿también hay algo para debatir acá? Por supuesto. Considero que el final queda a elección de cada lector. Es de libre interpretación. ¿Hacia dónde me inclino yo? Hacia lo sobrenatural, ese amor que trasciende la muerte. Porque, por supuesto que lo leí como una historia de amor. Les juro que no tenía la más mínima idea de que existieran tantas maneras de describir los ojos de una mujer.

Es una obra maestra atemporal que descubrí hace muchos años por casualidad. ¿Lo recomiendo? Sí, por supuesto. Incluso creo que debería ser una lectura obligada.

Así ustedes, como yo, tampoco podrán olvidarse jamás de los ojos de Lady Ligeia.
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