La mafia que nos une

Noa ha estado 5 años trabajando como detective privado en Nueva York, pero tras un caso que no salió muy bien de una mafia tendrá que volver a España, ya que en NY no está segura.

De nuevo es su país natal, tendrá que rehacer su vida, algo que no será fácil porque dejó varias cosas relacionadas con el amor en el aire, y ahora le tocará enfrentarse a ellas.

Para rematar, eso de lo que huía y la trajo de regreso busca venganza. No sintiéndose segura, en la única persona en la que confiará para esconderla es Lolo, su enemigo desde pequeños.

Manu, dejó de ser Lolo hace bastantes años, pero Noa es la única persona que le sigue llamando así y menos no puede gustarle. Ya no es ese crío, ahora es todo un hombre de éxito con varios locales de moda.

La vuelta de Noa menos no le puede gustar y es que su mejor amigo Diego vuelve a perder la cabeza por la mujer que lo dejó hace 5 años. Ayudarle a esconderse es lo mejor que le podía pasar para alejarla de su amigo.

En este spin-off de la Droga + dura nos encontramos con los hijos, ya mayorcitos de los protas de la droga. Hace bastante que leí la bilogía principal y reconozco que me he perdido un poco con quien es hijo de quien, realmente no es relevante para la trama, ha sido una cuestión de cabezonería. Me ha gustado volver a reencontrarme con la Mafia y ver esos hijos mayores que se han convertido en los protagonistas de esta historia, en especial Noa, Manu, Diego y Martina, que son los que más peso tienen en esta novela.

Como todo lo que he leído de la autora, es una historia adictiva, llena de romance, con alguna escena subida de tono y un toque de intriga con las personas que buscan venganza contra Noa. Los personajes me han encantado, si en la primera parte quedé enamorada de Leo, en esta ocasión he terminado rendida a su hijo Manu.

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