El libro de los adioses

El libro de los adioses es una historia contada desde la voz de sus tres protagonistas, Leonardo del Río el escritor, Amanda su secretaria de sesenta años y Ricardo, un periodista próximo a su jubilación que quiere escribir un artículo sobre el autor que hace que lo que comenzó como una visita a su casa para prepararlo, se convierta en una visita todos los jueves, en su mejor momento de la semana.
Una novela levantada sobre pequeñas anécdotas y pensamientos del escritor que él mismo eleva a la altura de obsesiones, como el recuerdo de un jueves santo en el claustro de la iglesia de su pueblo con un paso procesionario que no pudo salir por la lluvia y la discusión con sus tres amigos. Pero ni la cara de sus amigos, ni su nombre ni el por qué de la discusión vienen a su mente, difuminados en una neblina que no logra disipar.
O la ensoñación de un viaje en el metro y el encuentro con una mujer que viaja en él y fue víctima del sangriento atentado terrorista de Atocha.

Una novela sobre la vista atrás cuando el tiempo se nos acaba irremisiblemente, sobre los recuerdos impostados, probablemente falsos y los recuerdos que bloqueamos por la tristeza que nos producen.
Una historia que reflexiona sobre la literatura, sobre el oficio de escribir, sobre la importancia de las palabras como motor para cambiar el mundo, siempre desde el punto de vista de un escritor, Leonardo del Río, que es la figura sobre la que se levanta toda la novela.


Muchas veces es conveniente salirnos de nuestra zona de confort lector, de aquellos géneros en los que nos sentimos cómodos, para enfrentarnos a libros diferentes. Ese ha sido mi caso con El libro de los adioses, una novela en la que ni la acción ni la intriga son el motor de la novela, sino las reflexiones que sobre la vida y la escritura nos va dejando un hombre muy próximo a los ochenta años, con la vista vuelta ya hacia el pasado. Un pasado del que en cierto modo también ha huido, pues se fue de su tierra, esa a la que ahora proyecta volver para cerrar definitivamente ese capítulo de su vida.
Una reflexión sobre el tiempo que se nos agota, algo que el protagonista ve muy cercano con sus casi ochenta años, pero que desde mi edad no puedo dejar de plantearme.
Una novela cargada en muchos momentos de la melancolía del tiempo pasado o de aquella historia de amor que ocupa algunas páginas de la novela.

Una novela breve para leer con calma dejándonos llevar por las reflexiones de un hombre en el ocaso de su vida. Uno de esos libros que se ha quedado en mi cabeza dando vueltas y planteándome preguntas vitales.
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