Segundo relato que leo de este compendio de trece historias y al igual que el primero (La Noria) me ha gustado bastante. Me quedo con ganas de más. Este lo leí en el avión en un vuelo corto, me sirvió para el tiempo de vuelo, así que se lee fácil y rápido pero deja huella, solo en pensar que en la vida real existe gente así me pone la piel de gallina. Gente obsesiva, personas trastornadas que distorsionan la realidad y tienen unos deseos locos. Mejor vuelvo a mis lecturas frescas antes de seguir con estos relatos que son bastantes perturbadores.
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